Oye, Ray. No caí. No me derribaste, Ray. ¿Me escuchas? No me derribaste.

Con una casi nula repercusión en taquilla en la época y una Academia que le nominaría a ocho estatuillas y que finalmente se haría vencedor en dos categorías, Oscar a mejor actor para Robert de Niro, y Oscar a mejor montaje para Schoonmaker, “Toro salvaje” se ha convertido en un clásico, en uno de los mejores trabajos que llevan la rúbrica de Scorsese, una película que ningún amante del cine debe perderse.

La película cuenta la historia de Jake LaMotta, un joven boxeador cuyo sueño es hacerse con el cinturón de campeón de los pesos medios. Su hermano Joey hace las veces de entrenador y le ayuda en el camino para lograr este objetivo. Por culpa del carácter fácilmente irascible de Jake, que descarga su violencia tanto dentro como fuera del ring, las presiones de la mafia y sus relaciones sentimentales, la estabilidad brilla por su ausencia y su vida se tambalea constantemente.

La historia está basada en hechos reales, Marty se sintió muy identificado al conocer la historia del boxeador italoamericano y quiso que su vida formara parte de su filmografía. Incluso contó con el verdadero Jake LaMotta como asesor en el proceso de escritura de guion y de dirección.

Scorsese decide tomar una elección que no se ha repetido más en todos sus posteriores trabajos, decide hacer uso de un blanco y negro con una carga muy poética, un instrumento que nos ayuda en el desarrollo de la historia mucho más de lo que parece, aportándonos esa melancolía y esa sensación de vacío que vamos sintiendo conforme el arco de transformación de Jake va creciendo.  Además, este blanco y negro funciona a la perfección en las escenas en el ring, una vez vista de este modo, no la entendemos de otra manera, si tuviéramos las dos opciones – en color o blanco y negro – estoy seguro que una mayoría aplastante se quedaría con el gran trabajo de Michael Chapman frente al color.

En la vida de LaMotta, tres son las relaciones que marcan su historia, la primera es la que tiene con su hermano, Joey (un magnífico Joe Pesci). Les une el lazo familiar, es decir, es algo que nunca les separará, pero lo cierto es que entre ellos siempre hay un distanciamente que se pone de manifiesto con el avance de la historia. La segunda es con su esposa Vicky (una bellísima Cathy Moriary) Con ella nos ofrece tanto los momentos más sensuales y apasionados, como los más violentos y desequilibrados. Los complejos e inferioridades del boxeador hacen que, aún teniendo a la mujer más bella a su lado, no disfrute de su amor y busque fantasmas donde no los hay. La tercera es consigo mismo, con el boxeo como hilo narrativo, nos adentramos en la vida de un boxeador con un gran sueño, pero incapaz de controlar sus emociones y sentimientos. A lo largo de la película es como si estuviéramos viendo un coche tomando velocidad en una carretera, con una persona dentro que, inexplicablemente, no puede dejar de apretar el pedal del acelerador, aún sabiendo que se dirige a un acantilado y que lo que le espera allí no será una caída al vacío. Scorsese nos muestra una radiografía perfecta de la autodestrucción del ser humano. Del talento sin cabeza, de la fuerza sin control.

Como aspectos negativos, mencionaría el maquillaje poco creíble que vemos en el rostro de Jake en 1964, y las escenas de boxeo en el ring. No soy un gran aficionado a este deporte, pero creo que los boxeadores se defienden cuando combaten, en la totalidad de las peleas que presenciamos parece que haya turnos para pegarse y que la defensa estuviera prohibida, ya que nadie sube los brazos para frenar los ganchos y directos que les dispara el oponente. Al mismo tiempo que digo esto, puedo llegar a entender esta manera de filmarlo por parte de Scorsese. El director estadounidense pudo querer hacer una metáfora con el ring y convertirlo en una especie de purgatorio. En una oda al sacrificio, decide que sea el lugar en el que LaMotta reciba su castigo por todas sus acciones.

Jake LaMotta juega el mayor combate fuera del ring, y el rival es él mismo. ¿El resultado? KO técnico en el último round, aunque deberían haber parado el combate mucho antes.

Nota: 7,5/10