De esperar tanto, todo se acaba agriando. Se descafeína. Sucede con el café y con el carácter. La intensidad del sabor inicial se pierde de masticar tanto el chicle y es normal que dé lugar a unas agudas agujetas maxilofaciales. Un tira y afloja que fatiga y que ya nos dejó de parecer interesante hace mucho tiempo. Aún dentro del viaje, en un trance lento, latente y sin avance. Manteniéndonos siempre al margen, enterándonos a la mitad de algo que pasa por nuestro lado y sin ninguna preparación, ni protección sobre lo que se viene, nos creemos seguros de que todo irá bien entre distancias normativas y estados alarmantes. Replanteando, revisitando y reinventado principios en telediarios, coloquios y debates sin gracia que discuten sobre el nuevo saludar en Occidente. Una ida y venida sin retorno del punto B al A y del A al B. Desfases horarios sin tanto énfasis.

Todos estos y dos cientos más estados de ánimo son por los que uno pasa al echar la vista atrás desde hoy mismo hasta el origen. De cuando nos martilleaba en la cabeza constantemente algo que decía así como: ¿Esto nos cambiará de verdad? ¿Seguiremos como antes? Son en estos días últimos de descalabros y horarios inusuales donde el tiempo se dilata entre la incertidumbre. La primavera se da casi por vencida en gran parte, pero perderse el sagrado verano para muchos no estaba en ninguno de sus planes a corto plazo. Eso es sacrilegio. La calle sigue yerma en la mayoría de sus horas y parece que hemos aprendido a saber matar las horas, pero no a la impaciencia.

Fotografía: Souloneryounger / Radio City Music Hall, NYC

El bucle infinito se torna irresoluble, misterioso y digno de una temporada completa de docu-reportajes de hora y media. Aunque quizá la respuesta la tengan todos estos meteorólogos sociales que intentan con todas sus fuerzas bañarse en titulares y primicias. La nueva normalidad han sido capaces de llamar a esto. Una oda a la elocuencia, pasando por alto y si por si no fuera poco, que somos subnormales del todo como para renovarnos de nuevo. No hay apenas novedades hasta el momento, no existen aún cambios tan drásticos como para hacer el traspaso de era tan pronto. Ni si quiera nos ha dado tiempo a tener morriña al recordar aquellos primeros días de este experimento donde existía hasta un poco de encanto.

Videollamadas de pixeles muertos, profesores de zumba y aquabox sin piscina ahogados de sonreír casi por contrato. Los mismos ingredientes y mismas recetas de tartas, pasteles y masas madre donde lo dulce empalagó a lo salado y se quedó únicamente en la primera página del recetario de postres. Un sin fin de conciertos en simulado directo con no más de cincuenta oyentes o la nueva oleada de tiktokers como principales figuras del entretenimiento. No ha sido fácil para todos, casi seguro que para nadie. A más de uno, la casa se le acabó quedando grande y se convirtió en su propia cárcel, que de tanto ver la calle desierta desde la ventana, esta se convirtió en barrotes.

Fotografía: Souloneryounger / NYC

SOULONERYOUNGER

De calle bien sabe el último protagonista de esta sección Perspectivas y  Márgenes Cóncavos. Él es Álvaro, Soul, @souloneryounger. Uno de los máximos referentes dentro de la fotografía urbana nacional donde los rascacielos y las sneakers más preciadas del mundo posan para él como si fueran modelos francesas. Su galería deja entrever la realidad y crudeza que desprende el asfalto de ciudades gigantescas como Nueva York, Los Ángeles o sin irnos tan lejos, Madrid, que parpadean entre nieblas matinales y luces tenues con un estilo muy diferente al resto. Desde el suelo o la azotea, Soul es capaz de capturar la esencia pura del urbanismo, la vida en la calle, y el respirar de una ciudad entera. Él, último invitado de la sección, echa la vista atrás para contarnos sus propias vivencias y estados por los que ha pasado.

Todo se magnifica y acaba masificándose en una pandemia, una excepción que se ha convertido en cotidiana y a futuro hará mella en muchos. Soul está de acuerdo en que estos días quedarán grabados a fuego en muchos de los presentes y de una forma u otra, serán siempre recordados: «Te digo que esta pandemia la recordará todo el mundo, sea por el motivo que sea. Pero también pienso que en que lo que hagan una vacuna o se normalice todo , y yo me incluyo, me dará igual el pasado”.  No es que esta desconfianza sea espontánea, influye también que tengamos una frágil memoria a la hora de no volver a repetirnos en desastres. No hace falta irse muy lejos para ver cómo empieza a brotar el desorden en cuanto subimos un peldaño de nuestras escaleras de desfases y desescaladas.

 


 

“Al estar encerrado, mis ideas creativas se han disparado aún más para cuando acabe todo esto poder crear más cosas nuevas. Afectará a mi fotografía seguro”.

Sin considerar que este caos inminente estaba predicho o previsto por nadie, no fue anunciado por ningún gurú de la talla de Nostradamus, ni mantenga ninguna culpa la sucesión geométrica de los números de dos mil veinte, esto nos ha pillado de nuevas a todos. Soul coincide en que esta parada en seco, obligada o no, en él ha tenido su efecto y resultado: “¿Habría más alternativas? Pues te diría que sí, pero siempre creo que estar en soledad o con tu pareja, en la que tienes días y días para pensar y reflexionar, es lo que más ayuda… El tiempo lo hace todo”. Un espacio que nos ha permitido verlo todo con más calma y comprobar que casi nada ni nadie es imprescindible.

Todo forma parte de un proceso lento que afecta a la creatividad, por ejemplo, para su trabajo este tiempo ha servido para hacer brotar nuevas ideas o conceptos que quizá de otra manera no hubieran surgido: «Creo que mi forma de trabajar no va a cambiar pero también sé que cada persona es un mundo. Te diría que al estar encerrado mis ideas creativas se han disparado aún más para cuando acabe todo esto poder crear más cosas nuevas. Afectará a mi fotografía seguro, es una etapa nueva y estando encerrado piensas cómo arreglar unas cosas u otras. Tu cabeza evoluciona”.

Una identidad por la que Soul es bien reconocido, innata en todas sus fotografías. El estilo urbano y social característico de su fotografía se deja influenciar por la propia naturaleza de las cosas y situaciones que de por sí fluyen solas.  Aun así, se alimenta de otros estandartes de la fotografía, que como él, a base de esfuerzo han acabado construyéndose un nombre. Es el caso de los ilustres Chi Modu (@chimodu), Vuhalandes (@vuhalandes) o Estevan Oriol (@estevanoriol), del que todos hemos oído hablar últimamente por protagonizar su documental LA Originals estrenado recientemente por Netflix.

Fotografía: Souloneryounger / NYC

“Es una etapa nueva y estando encerrado piensas cómo arreglar unas cosas u otras. Tu cabeza evoluciona”.

Figuras que se suman a una lista extensa de recomendaciones por parte de Soul, donde todas ellas le ayudan a inspirarse y nutrir su trabajo. Si tuviera que escoger un marco idóneo o la triada perfecta para definir su estado mental durante este periodo de cuarentena, escogería el expresionismo de Munch con su obra ‘El Grito’ de colores chirriantes, el libro ‘El Tao Del Jeet Kune Do’ de Bruce Lee donde se imparte filosofía y artes marciales o el hilo conductor de la música de Mucho Muchacho con ‘Cambios’.

Una forma de liberarse y evadirse de ese sentimiento que aún impera, porque a pesar de que todo esté a medio gas, semi lleno e incompleto, el trabajo y el esfuerzo de muchos no descansa. Soul es consciente del merecimiento que tienen todos aquellos que han luchado y siguen dejándose la piel por los que no pueden; ya sea desde un hospital un supermercado o una morgue: “Ahora mismo merece ser fotografiado todo ese trabajo duro de todas las personas que ayudan y luchan contra el coronavirus. Me gustaría retratar a sanitarios y todas las personas que ponen su granito de arena para esta pandemia, siempre desde mi estilo. Que parezca como una película de las que nos hacen sentir».

Con este último revelado nos despedimos, con más ganas que nunca de no volvernos a sentirnos extranjeros en nuestras propias ciudades. Esperamos con ansia el ver como florece el trabajo gestado durante estos meses tan peculiares, de ver de nuevo las obras de estos fotógrafos, artistas capaces de mostrar la vida con otros ojos y otras miras, con diferentes perspectivas y en sus propios márgenes.