Este mes de abril está resultando prolífico en el mundo seriéfilo. Además de algún que otro estreno interesante, en los últimos días hemos tenido la fortuna de recibir las nuevas temporadas de varias series que llevaban un tiempo descansando. Desde la mundialmente esperada Game of Thrones hasta mi adorada Louie, pasando por Mad Men, Veep, Orphan Black o Silicon Valley, el abanico es amplio y sugerente. Hoy les voy a hablar de una que también ha vuelto recientemente y me apetece destacar, aunque no siempre goce de ese espacio mediático que puedan tener otras. Hablamos de Nurse Jackie, que regresa a Showtime con su séptima entrega.

La serie protagonizada por Edie Falco (a la que recordamos por interpretar a Carmela en The Sopranos) pertenece a ese grupo de producciones que un día caracterizó a la cadena de cable Showtime, como Californication, Dexter o Weeds, donde los personajes principales no tenían que ser ejemplos de nada y podían transitar libremente por los distintos caminos de la moral. En este caso, Jackie es una enfermera que compagina sus papeles de esposa, madre y trabajadora con su adicción a las drogas y sus aventuras sexuales, manteniendo en secreto según qué aspectos de su vida en función de la persona con la que trate. Y eso no es fácil.

Digamos que todo empieza ahí, pero después de seis temporadas ya hemos visto a Jackie hacer muchas más cosas y enfrentarse a nuevos retos y dificultades. Tanto, que la situación en este momento es bastante distinta a la inicial. Ha cambiado prácticamente todo. Complicación tras complicación, problema tras problema y secreto tras secreto, siempre ha sabido salir airosa de cada atolladero, aunque dejando consecuencias a cada paso. Sin querer entrar demasiado en spoilers, la séptima temporada nos trae a una Jackie más al filo de la navaja que nunca, pero con fuerzas para llegar hasta donde haga falta, como siempre ha sido.

Merece la pena destacar que se trata de un drama en toda regla pese a tener una duración de 30 minutos. Como mucho, entra en el terreno de las dramedias, con esos característicos toques de humor negro de vez en cuando. Sin embargo, no deja de ser curioso que la serie entre en las categorías de comedia cuando es nominada a premios importantes. La propia Edie Falco bromeó con ello cuando ganó el Emmy en 2010 a mejor actriz de comedia y en pleno escenario soltó su ya célebre: I’m not funny!

Tal vez nunca mencionaría esta serie entre mis favoritas, pero es de esas que me apetece ver cuando está en emisión y siempre logra hacerse con un espacio fijo en mi parrilla personal. La interpretación que realiza Edie Falco es muy potente y en ella reside gran parte de la fuerza de la serie, hasta el punto de que no puedo dejar de verla para saber qué será lo próximo que le ocurra. A pesar de que en ocasiones la serie rice el rizo enredando demasiado, pareciendo que tal vez va un poco a la deriva, en mi caso hasta ahora no ha resultado un problema. El heterogéneo grupo de secundarios juega un papel interesante ofreciendo otros matices diferentes, otras historias de vida que funcionan como contrapunto a la de la protagonista.

A veces buena y a veces mala. A veces adorable y a veces odiosa. Jackie es humana y merece la pena seguir su travesía.