Hacía ya un tiempo que no veía apenas una película decente y que mereciese la pena. De esas que te marcan, te tocan la fibra y recomiendas a todo el mundo que vea para poder comentarla y flipar un rato más. Cierto es que no soy un fiel amante del cine actual y que puestos a elegir una película no dudaría en volver mínimo a los noventa para hacer mi selección. Quizá por esta razón no voy a comentar un último estreno pero si algo perteneciente ya al siglo veintiuno, BLOW. Sí, en mayúsculas y con todas y cada una de sus letras. Supongo y espero que ya la hayas visto porque has tenido catorce años para dar con ella, y, si no has tenido la misma mala suerte que yo de no toparte con ella en todo este tiempo, seguramente sepas de lo que te voy a hablar.

Empecemos por el actor principal, un clásico de la relativa nueva escuela, Johnny Depp. Creo que ya tenía todos mis respetos ganados por películas como Donnie Brasco o Miedo y asco en Las Vegas pero si quedaba algún tipo de duda la verdad es que se desvaneció a medida que pasaban los minutos de Blow. Sin embargo, lo que más me impresionó por increíble que parezca no fue ni la actuación del gran Ray Liotta ni la de Johnny, la cual ayudo sin duda, sino el personaje que este interpreta inspirado en un estadounidense que nació allá por los cuarenta. Al parecer, un dealer de pacotilla llamado George Jung que vendía marihuana en la costa de California, acabó siendo el responsable de más del 85% del consumo de cocaína en el Sur de USA en la década de los 80. Que pudo darse unos cuantos lujos y crear una familia en la más absoluta comodidad financiera tras codearse con narcos como Pablo Escobar no lo duda nadie, ahora bien, ¿y esto para qué?

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George Jung junto a Johnny Depp en su reciente encuentro tras la salida de prisión. Los Angeles – 19/01/2015

La cizalla que en aquel aeródromo le abrió las puertas al dinero fácil y rápido le condeno al mismo tiempo a un infierno que empezaría a sufrir años más tarde. La traición, la familia, el amor interesado y una vida sin orden ni límites fueron los responsables de una guerra moral en su interior. Innumerables son los casos de gente humilde buscándose la vida en este negocio,

lógicamente a una escala mediocre en comparación a la del personaje que nos ocupa, y muchas son las películas que muestran los aspectos más atractivos dándole apenas importancia a las consecuencias finales y dedicando escasos 15 minutos en la conclusión de estas vidas. Sin embargo, esta historia tan real como la de Chris Gardner y su reproducción hacen que centremos toda nuestra atención en eso que las demás películas no muestran o lo hacen de una manera un tanto anecdótica y heroica como la del famoso Montana. Esto es lo que hace de esta película otro gran triunfo del cine yanqui.

Está claro que el filmar la vida de personajes reales en torno al mundo de las drogas bien como traficante o como consumidor acompañado por los grandes del cine actual es todo un éxito. ¿Os suena de algo? A mí sí, y es por eso que vinculando este épico largometraje con el cine más reciente, me atreveré a decir que es El Lobo de Wall Street (2013) de principios de siglo. No voy a entrar a comparar ni a valorar pero no cabe duda de que no hace falta reinventar el cine para que te nominen ha a 5 Oscars y para ganar un globo de Oro.

Concluyendo, en los 70 Jung lo tuvo claro, cualquier cosa antes de ser pobre ¿y tú? ¿Hasta dónde llegarías por una gloria efímera?

El Americano - Omar Ruiz [2013]