Si el tiempo se encargara de hacer justicia, debería cumplir uno de los mayores deseos de Juancho Marqués: que su obra trascienda. Es una de las máximas inquietudes de un artista que ha tenido siempre a la elegancia como compañera y a la verdad como aliada, dos cualidades infalibles que convierten ese deseo en una meta más que accesible.

Apasionado del vértigo, de vivir sintiendo permanentemente, Juancho encuentra en las primeras veces el motor que necesita para engancharse a una vida en la cual, como en la música, se considera un nómada. El movimiento se ha convertido desde hace tiempo en sus latidos vitales.

La capacidad de transmitir del artista es tal que no le hace falta más que una mirada y una media sonrisa para decirte algo. Y ya sabemos que todo lo que se habla con los ojos carece de errores. Juancho Marqués es uno de esos artistas con el que sientes que si no le hubieras conocido te habría hecho falta conocerle, aunque solo sea por lo bien que le hace sentir a una el simple hecho de escucharle.

Fotografía: @deivithmadrid

Sin nervios, así se enfrentaba hace unos días Juancho Marqués a la salida de su nuevo trabajo, ‘Álbum Uno’. “Tengo el disco un poco quemado ya. Yo antes de que salga lo reviento y una vez que se publica no lo vuelvo a escuchar nunca. Es muy raro, lo acribillo y una vez que lo libero desaparece”, comenta. Un disco que llega tras año y medio de trabajo en el que Juancho Marqués ha disfrutado del romanticismo de la imaginación inherente a cualquier proceso creativo. Un camino largo y costoso (ha invertido en él más de 40.000 euros) del que destaca la conexión y el valor humano de los grandes músicos de los que se ha rodeado. “Valoro de mi equipo no solo que sean buenos músicos sino el hecho de llevarme bien con ellos, de conectar. Me importa más el proceso que el resultado. A veces parece que todo tiene una finalidad, una etiqueta, y la gente se olvida del proceso”.

LUZ, MOVIMIENTO Y FOCOS HACIA EL MUNDO INTERIOR

Tan solo hace falta una escucha a ‘Álbum Uno’ para darte cuenta de que es un disco con más luz que sus anteriores trabajos, un hecho que tiene mucho que ver con el momento actual por el que está pasando el artista. “A nivel personal estoy en un buen momento porque es cuando más coherente estoy siendo conmigo mismo. La gente me dice que he cambiado y en realidad es al revés, ahora por fin estoy mostrando mi personalidad. Hace unos años probablemente estaría condicionado a un mismo tipo de sonido a la hora de expresarme artísticamente. Ahora creo que tengo una paleta de colores más amplia a la hora de expresar emociones. No me parezco a nadie ni necesito compararme con nadie”. Una actitud que ha conseguido tras un trabajo de introspección fuerte en el que el artista se ha planteado quién es, qué quiere ser, el por qué de todo lo que le ha rodeado durante los últimos años. “Ha habido momentos de mi vida que he tenido éxito y he estado jodidamente triste, infeliz, me salieron hasta calvas en la barba de la ansiedad. En el primer concierto que dimos cuando saqué ‘The Blues’ en 2016 metimos 48 personas, y venía de llenar salas con Suite Soprano. Ahí dije: ’vale, se me ha acabado la música’. Fue una hostia de realidad para mí ese proceso. Pero he conseguido darme cuenta de que yo estoy aquí por la música, y aunque haya 50 personas el hecho de que estén a tope conmigo ya me hace feliz. En dos años he crecido mucho a nivel personal, es cuando más satisfecho estoy“.

El hecho de que a Juancho Marqués le guste preguntar el por qué de las cosas no es fortuito. Estudió Sociología, de ahí esa mirada diferente a la sociedad, esa necesidad de buscar sentido a ciertos comportamientos humanos, incluidos los propios. “Con el tiempo he sido consciente de las cosas que hacía hace años por imitación o por sentirme integrado,  porque el entorno te arrastra. Creo que a los chavales ahora también les pasa mucho eso, imitan lo que ven. Y me preocupa que  la mayoría de referencias que tienen sean cosas efímeras, vacías. No creo que haya nada que les haga parar a pensar un poco. Consumen cosas porque es vacilón, porque así tengo más dinero, visto mejor… Cosas superficiales que no creo que les generen felicidad aunque tengan esa falsa sensación o muestren en  redes sociales como que les va de puta madre. Yo lo veo en mi entorno. Te das cuenta de que la gente no esta tan feliz como parece, la gente está muy jodida. Necesitan feedback virtual”·.

Dentro de una sociedad acostumbrada a vivir de puertas para fuera, Juancho Marqués ha querido jugar en su disco con la idea de que lo importante es el interior, de ahí la sencillez del título, que el diseño de arte sea él sin ropa, o que el diseño de la portada sea negro, completamente vacío, mientras el interior es de oro. “Parece que en la sociedad moderna solo tiene valor lo que es útil para el mercado o para lo que vende. Te dan un disco de oro si haces muchos streamings, si vendes discos… Para mí el disco de oro es a priori, no a posteriori”.

“No me quiero convertir en una referencia negativa para unos chavales a los que a día de hoy les faltan referencias positivas, o al menos están constantemente expuestos a las negativas”

Juancho Marqués es consciente de que en los extravíos nos esperan en muchas ocasiones hallazgos, motivo por el que lejos de acomodarse recurre frecuentemente a salir de su zona de confort. Y esa es precisamente una de las razones por las que este álbum, pese a conservar sonidos rap, coquetea con otros como el jazz o el pop. “Me he dado cuenta de que quizá no soy el líder de ningún espacio ni el mejor en nada de lo que hago, pero creo que soy muy capaz de adaptarme a cualquier contexto. Siempre me he sentido cómodo en el movimiento. Me siento del rap y creo que no voy a renunciar a ello nunca porque es de donde vengo, pero lo que me encanta es juntarme con gente que me aporte cosas nuevas, diferentes sonidos, diferentes formas de componer.  Para mí la coherencia la tiene un trabajo si en lo esencial te transmite cosas verdaderas, creíbles, pero no necesito que suene todo igual. Me gusta mostrar versatilidad y eclecticismo en las cosas que hago. Si te pones el disco ninguna canción es representativa del disco, creo que es representativo en su conjunto”.

 

NECESIDAD DE VOLVER A LA INFANCIA, ROMPER LA IDEA DEL AMOR  TÓXICO Y EL INDIVIDUALISMO REINANTE

No sabemos si de niño Juancho Marqués habría soñado con ser la persona que es hoy en día, lo que sí tiene claro el artista es que la etapa más pura del ser humano es la niñez, de ahí su empeño en recuperar esta fase de la vida cuando uno se vuelve adulto. “El Juancho Marqués adulto la persona que busca ser es lo más parecido a cuando era niño. Lo esencial es volver a esa etapa de la vida, porque creo que cuando empiezas a crecer te influye todo. Es la etapa que más verdad tiene. Yo de pequeño recuerdo que era un niño bueno, las cosas que he hecho luego de ser más cabrón o hablar mal han sido por aprendizaje. Ahí me doy cuenta de la importancia que tiene el entorno para las personas. Y por eso no me quiero convertir en una referencia negativa para unos chavales a los que a día de hoy les faltan referencias positivas, o al menos están constantemente expuestos a las negativas. Esto no significa que vaya a cuidar absolutamente todo lo que hago, también me expreso libremente sin estar pensando en condicionar, pero tampoco quiero dar un mensaje erróneo. Quizá esto es así también por mi personalidad, si no hubiese sido músico me hubiera gustado ser profe”.

Lejos de las ideas idílicas y tóxicas sobre el amor que se repiten hasta la saciedad en multitud de canciones Juancho ha decidido tratar este tema en su disco haciendo gala de una mirada más sana, de una actitud más responsable. “Estudiar Antropología me cambió mucho la forma de ver el amor, te das cuenta de que el amor es diferente en todas las culturas. No hay una forma única de amar, hay dos o tres cosas comunes para todas las culturas y las demás son aprendidas. En este tiempo he empezado a entender el amor de forma diferente, a entender la individualidad de cada uno, que cualquier forma de amar basada en la exigencia es tóxica. En el amor hay cosas que las hacemos por apego, no porque nos salgan libremente. A día de hoy yo prefiero relacionarme de una forma en la que comparta tiempo junto a mi pareja, amigos o familia porque me salga libremente y porque me apetezca, no porque tenga esa necesidad. Es difícil, pero son cosas que se pueden ir consiguiendo”.

“Somos una especie que necesita del otro para sobrevivir y lo que tendemos es a distanciarnos del otro cada vez más. Necesitamos establecer redes de solidaridad y colaboración”

Preguntando sobre las cualidades que considera imprescindibles en una persona Juancho Marqués reflexiona, pero no titubea. “La capacidad de ponerse en el lugar del otro, la igualdad, o al menos la tendencia a buscar la igualdad, y la solidaridad y colaboración. Creo que la sociedad en la que vivimos cada vez es más individualista. Todo el sistema neoliberal tiende a la individualización y me parece una contradicción. Somos una especie que necesita del otro para sobrevivir y lo que tendemos es a distanciarnos del otro cada vez más. Pasa a todos los niveles, también a nivel macro. El hecho de pensar como estado nación cuando deberíamos pensar como especie es absurdo, más con la globalización que lo que pasa en un punto del mundo afecta al otro. Todo lo que tiende a individualizar y separar es negativo para todos. Necesitamos establecer redes de solidaridad y colaboración”.

 

MÁS PREOCUPACIÓN POR TRASCENDER QUE POR LA FAMA. CENTRADO EN VIVIR EN ARMONÍA

A lo largo del disco son numerosas las referencias que Juancho Marqués hace a la fama, una compañera de viaje de la que no reniega, pero a la que actualmente no tiene en gran estima. Quizá sea esta una de las razones por las que busca en el hogar su remanso de tranquilidad, por las que cada vez es tipo más casero. “No renuncio a la fama, también me da cosas buenas y positivas. Necesito aceptación, feedback, de eso sí tengo miedo a veces cuando saco un disco. Si lo hiciese para mí solo no lo publicaría. Lo que desprecio es el valor actual de la fama, hay gente que se vuelve dependiente de ella. Es como una droga, gente que se vuelve enferma con la fama. Ha cambiado todo mucho. Antes eran famosos Leonardo da Vinci, Machado, Freddie Mercury…. No te digo que todo tenga que tener calidad, pero parece que los ídolos actuales son ídolos vacíos. Gente que se inventa un personaje y gente que sigue y admira a ese personaje ficticio y ansía ser como él. La gente persigue hacerse famosa cuando el triunfo debería ser una consecuencia, no el fin. Por eso te decía antes que este es un disco de proceso, porque triunfar es poder hacer este disco. He conseguido reunir un dinero, unas condiciones, unos músicos que no he tenido nunca al alcance. Hace años soñaba con tener algo así”.

Unos músicos que han sido claves para que ‘Álbum Uno’ desprenda pura esencia. Entre ellos Maria José Llergo, que fue la chispa que incitó a crear este disco con el concepto de volver a lo esencial.  “Sentí una felicidad que no había sentido casi nunca en el proceso creativo cuando vino María José. Por esto hago música, por estar ahí, en ese momento, con esa gente. Estaba feliz de verdad, se me veía en la cara. Estaba en armonía. La armonía en la vida la encuentro en algunos momentos, cuando tengo la sensación de que no me importa lo demás. Lo detectas rápido porque no piensas en nada, solo estás sintiendo. La dicotomía entre pensar y sentir. Cuando estás en un sitio y tienes la cabeza en otro no estás en armonía con tu contexto”.

En una época en la que la denominación de arte parece no tener filtros hemos querido saber si cuando hablamos de arte vale todo para Juancho Marqués. “El arte es emocionar, transmitir, es algo sensitivo no es algo cuantificable. Puedes emocionar y transmitir con poco. Cuando estás transmitiendo o cambiando a alguien es porque tu obra tiene valor. Pero luego hay también una valoración moral: lo que estás transformando ¿está construyendo o destruyendo?”.

Precisamente esa última pregunta viene en consonancia con uno de los mayores deseos de Juancho Marqués, que su obra perdure en el tiempo, que pueda cambiar positivamente a quien la escuche. “Prefiero tener menos repercusión en el tiempo en el que vivo y que mi obra permanezca, que cuando yo muera algo de mí se quede para siempre. En mis temas hablo mucho de la muerte y a lo mejor de ahí viene la rayada de trascender al tiempo. Y a veces no es solo la obra física, que escuchen mi música, es el hecho de haber influido en alguien que viene detrás y haberle cambiado para mejor, sentir que mi paso por el mundo no ha sido en vano”.

Trascienda más o menos en el tiempo Juancho Marqués podrá irse con la satisfacción de haber conseguido su objetivo ya que, según cuenta el artista, son muchas las personas que le expresan frecuentemente que les ha cambiado la vida escucharle. “Estoy dejando una obra que lo mismo no llena un estadio, pero ha cambiado la vida a la gente. Ese es el poder que tiene la música. Cuando veo a alguien que se lo flipa de más por la repercusión que tiene siempre me hago la misma pregunta: ¿tú cuántos pelos de punta has puesto a alguien?. Prefiero 100 personas a las que traspase que tener un millón indiferentes un rato, entretenidos. Además es que soy ese tipo de consumidor. Cuando alguien te genera un escalofrío dices: ’que hijo puta, lo que me está diciendo este tío’. Cuando sientes esa sensación, cuando te transmite algo, cuando te cambia la energía es porque esa obra tiene valor”.

 

UN TIPO CON ENORME SENTIDO DEL HUMOR EN CONTINUA BÚSQUEDA DE PRIMERAS VECES

Pese a la imagen de tipo serio que proyecta Juancho, el artista afirma que a mucha gente le sorprendería el humor del que hace gala en las distancias cortas. “Como no sonrío en las fotos parece que soy un tío más serio y probablemente en público sí, pero en las distancias cortas es al revés, estoy todo el rato con bromas. En mi casa siempre he sido el más tonto, el más payaso. Para mí el sentido del humor es muy importante. Cuando tú conectas con el sentido el humor de una persona la complicidad que tienes es brutal, por encima de cualquier cosa, por encima de lo sexual, de lo emocional… Si conectas con el humor es un vínculo para todo. Porque si tienes un problema en la parte sexual el humor siempre lo relativiza y te une más, igual que si tienes un problema en la parte emocional, hasta la muerte la relativiza.

“Para mucha gente que ha vivido cosas traumáticas el humor es la salvación, la contradicción de expresar riendo algo que duele. Por eso me gusta. El humor es algo que ha sido clave en mi vida”

Dicen que la inspiración llega en el momento en que uno menos la espera, sin embargo Juancho Marqués parece haber hecho un pacto para encontrarse con ella. Al artista le gusta mirar la vida desde las ventanas porque le inspiran, porque encuentra en ese espacio ese pequeño rincón desde el que airear su alma. Y es en ellas precisamente donde artista e inspiración acuden con asiduidad a su cita. “En mi casa no ha habido ventanas y valoro mucho la luz. Incluso el concepto de ‘Álbum Uno’ viene de un dibujo que hice hace un tiempo que ponía ’Ventanín’. En el primer concepto ya estaba la figura del mirador. He pensado un montón de ideas de las que he escrito en ventanas de varios lugares, esa figura del mirador ha sido como mi espacio, donde ponía en orden mis cosas. Hay una frase de ‘Domenica’ que escribí en la ventana de la que fue mi casa durante el tiempo que estuve viviendo en Inglaterra que decía ‘la vida abrió todas sus puertas pero me quedé fumando en la ventana’. Es como mi espacio de reflexión”.

“Si me quedo en un espacio fijo me apago, me hago pequeño. Soy de movimiento, de buscar todo el rato esa sensación de cambio”

Fotografía: @deivithmadrid

Juancho Marqués es consciente de la importancia de rodearse de personas y de ambientes que, en cada una de las etapas de su vida, le colmen de las siempre ansiadas primeras veces. “Nunca me ha gustado hacer lo mismo. Soy una persona que está siempre en búsqueda de primeras veces. Me pasa en la música, en mis relaciones… La primera vez de algo es la hostia, es lo que más recuerdas. Cuando algo se repite o se convierte en un patrón deja de ser especial. Veo cierto romanticismo en la búsqueda de primeras veces, y en la música lo hago. En este disco me he llenado de primeras veces totalmente. No soy músico y me he visto en un proyecto con músicos top, para mí era un aprendizaje. En realidad creo que siempre vivo primeras veces porque tengo una perspectiva de aprendiz, porque creo que nunca dejamos de aprender, y en el momento en el que me crea maestro de algo probablemente sea cuando menos me acerque a tener algún tipo de sabiduría. He buscado una profesión que me implica primeras veces todo el rato. Mi forma de ser es la movilidad, es lo que me hace sentir vivo. Si me quedo en un espacio fijo me apago, me hago pequeño. Soy de movimiento, de buscar todo el rato esa sensación de cambio”.

Juancho Marqués es humildad, sensibilidad, clase, verdad, talento, elegancia, uno de esos seres de luz a los que seguir la pista. Si has tenido la oportunidad de escuchar su nuevo trabajo y le has sentido, bien. En caso contrario dale otra oportunidad, no un hasta luego. Estoy segura de que acabarás sumergida en su aura. Y es que cuando una obra está firmada bajo el sello de la verdad, cuando nace de la necesidad de decir, no hay persona que pueda pararla ni alma que se resista a ella.