No todo el mundo puede ser pobre

Han decidido llevar una línea de lanzamientos muy diferente a lo que estamos acostumbrados en otros artistas nacionales. En un mes podríamos contar hasta con dieciséis temas inéditos de los «pobres», lo que les da cierta ventaja ante los demás al no tener que esperar varias semanas o incluso meses, como ocurre en la mayoría, hasta dar con la última referencia, ya sea tema suelto o un proyecto más elaborado con un número de tracks considerable. Esto, a su vez, también ha sido motivo de crítica por parte de un sector del público que considera que la calidad de las canciones es muy baja si se dedica tan poco tiempo a la escritura de las letras y a la producción. Es decir, muchos no consideran buenas las canciones de Pxxr Gvng por el poco trabajo que intuyen tras ellas.

Es curioso esta percepción si tenemos en cuenta que vivimos en un tiempo donde hay superabundancia de oferta, lo que perjudica gravemente el trabajo bien hecho, ya que pasa tan rápido por nuestros oídos como cualquier otro al que no sería justo atribuirle este adjetivo. Con esto no quiero dar ni mucho menos la razón ante los que critican al colectivo, lo que quiero decir es que en el momento en el que no valoramos lo que de verdad tiene un gran esfuerzo detrás y es un proyecto bien realizado desde la idea primigenia hasta su finalización, no podemos dejar de valorar algo porque no consideremos aplicable esto último.

Dejando de lado lo que una parte del público piense negativamente de ellos, en lo que no hay lugar a dudas es en que no se han hecho un hueco por algún motivo ajeno a ellos y a su música, a pesar de haber hecho méritos para ello en más de una ocasión. Empezaron con una idea y una manera de hacer las cosas muy original, con mucha carisma y desparpajo, con una influencia más que notable del trap norteamericano, con referentes como Rich Gang, Chief Keef o Gucci Mane, y sin competencia directa se han hecho con un sector del panorama y con un grupo fiel de seguidores que ya quisieran otros grupos o artistas del panorama. Pxxr Gvng, y en especial Yung Beef, será más influyente en generaciones futuras que cualquiera de los que actualmente escuchamos en nuestro reproductor, y sino, tiempo al tiempo.

¿Yung Beef, D. Gómez, Khaled y Steve Lean artistas del año? No hay lugar a dudas.

Heavy Roleplaying

El disco del año se queda en la capital. Elegancia, skills, seriedad, madurez y un sonido que se come sin piedad a cualquiera que tenga el atrevimiento de plantarle cara. «Roleplay» es un disco en el que entramos de manera suave, pero poco a poco vamos cogiendo carrerilla con una sucesión de bangers que terminan con un tercio final de muchos quilates. Personalmente, me quedo con «Sin margen de error (DON)» como mejor tema del trabajo, aunque es cierto que absolutamente todos son 100% Duddi Wallace. Representan de una forma fideligna la esencia del artista madrileño, tienen algo que recuerda a todos sus trabajos anteriores, pero con un sonido moderno que se pone de manifiesto en un hook muy pegadizo.

El sonido que mencionaba antes es uno de los grandes culpables de que sitúe el disco en esta posición. El trabajo de Lowlight merece mención aparte. Puede ser lo típico que se dice en este tipo de comentarios o análisis y puede resultar ineficaz y con la pólvora mojada, pero en este caso veo justificada su aplicación, ya que Lowlight hace un sonido nuevo en España. Obviamente no en el resto del mundo, pero sí algo a lo que no estamos acostumbrados a oír en suelo patrio. Posiblemente ocurre con más profesionales, pero en mi caso lo aprecio de una manera diferente en la dupla de productores gallegos.

La sorpresa en el cambio

Hay una norma no escrita dentro de Agorazein que determina que para ser fiel a la esencia del colectivo tienes que sufrir un cambio de pseudónimo a lo largo de tu carrera musical. Aunque Jerv se resista, no podemos olvidar la transformación de Crema en C.Tangana que tanto ha dado que hablar en los últimos años y, más recientemente, la metamorfosis sufrida por Manto o más conocido en la actualidad como Sticky M.A. En este caso, algo igual que en el de Crema, hay que dar las gracias por la evolución en el estilo musical más allá del nombre. Sticky M.A. y su “Chill Trill” han sido una de las sorpresas del año: las instrumentales de Ace, Fabianni y Jay Smuzz acompañadas de las letras del antiguo Manto han conseguido que la joven Rihanna y compañía se hayan colado en los auriculares de muchos. Vivan los cambios.

Alligators  y un Cráneo multiusos

«Me cuesta tan poco devolveros la fe». Año tras año, 128 films, deja un vídeo a modo de tutorial para el resto del mundo audiovisual. En este caso, en vez de acudir a tópicos de tomas en parques rodeados de multitudes y perros agresivos, han preferido coger un monstruo acuático y poner a Tangana en primera línea demostrando que ni este reptil ni nadie consiguen amedrentarle. Viendo cada gesto del cantante, apreciamos que no hay nada improvisado, sino que cada movimiento está milimétricamente meditado, y por eso no cabe duda que se puede considerar el videoclip del año.

¿Qué pasaría si un cantante, a parte de su principal labor, hiciera videoclips a modo de películas? No le hemos perdido la pista a Cráneo desde que comenzó su trayectoria y trabajo a trabajo nos sigue sorprendiendo. A principios de año, quiso dar que hablar realizando un vídeo, «Handmade», en el que emplearía únicamente cuatro planos secuencia, cuidando cada detalle haciendo gala de una perfecta organización. A lo largo del año, no ha levantado el pie del acelerador ni un segundo. Por ello, su polivalencia le lleva a coliderar el ranking de clips del año junto a la productora anteriormente nombrada.

¡Filmmakers! Poneos las pilas, que cada vez quedan menos trozos del pastel.