«¿Tienes entrada? Sí. ¿Y vas a entrar?» En esta ocasión, un gesto de afirmación bastó para que el otro entendiese la respuesta y se fuese decaído a seguir probando suerte. Esto fue lo primero que me encontré al llegar el sábado a la Caracol, suficiente para hacerme a la idea de toda la expectación creada alrededor de esas dos noches. Pocos pueden presumir de colgar el cartel de sold out en general, pero muy pocos pueden hacerlo en grandes ciudades. Dellafuente y Maka puede que se salgan, a simple vista, del círculo de artistas en los que este tipo de éxitos puede parecernos habituales, pero en ellos todo es diferente a lo estipulado. Después de venir de Sevilla, encaraban dos días seguidos con una sala hasta los topes, deseosa de disfrutar de los quejíos y autotune que rezaba el título de la gira.

La dupla mueve un ‘público de festivales’, es decir, las pocas barreras que tiene su música, hace que su target sea amplísimo, hasta tal punto que cabían personas con todo tipo de estéticas. Esto pone de manifiesto una vez más la influencia que están teniendo en hacer llegar al público un estilo que, independientemente de tus gustos iniciales, tiene pegada y hace que quieras seguir indagando más sobre él. Además, y aunque cada vez sea mayoritario también en un género más cercano al rap, la presencia femenina es algo a destacar. De conciertos en los que parecía que estaba prohibida su entrada por la poca o inexistente presencia, a directos en los que casi pueden igualarles en número. Algo está cambiando.

Ante la falta de teloneros, fue el propio Maka el encargado de interpretar varios temas en solitario una vez el telón se abrió. Especial mención para ‘No tiene precio’ y ‘Contigo no juego’, un verdadero placer escucharlos en directo con una voz que se mantenía entera tras un desgaste provocado por varios días consecutivos de concierto. Tras un breve descanso de ocho minutos marcados con un contador regresivo en las cortinas cerradas, la música de PNL amenizaba la espera. Tal y como abre ‘Azulejos de Corales’, así fue como dio la bienvenida al público una vez más Maka, para seguidamente dar paso a Dellafuente ante un público entregado. A partir de ese momento, lo que se escucharon fueron 23 cortes en los que, si te los sabías, cantabas, y si no, bailabas.

«El Dellafuente se ha vendido. Se ha ido para VEVO y me ha dejado en YouTube», decía Maka. Y mientras el público reía, Dellafuente comenzaba a dar los primeros trazos a ‘Pasa página’, uno de los cortes de ‘Azulejos de Corales’. Este tipo de detalles son los que más distancian el primer paso de ambos por la capital del segundo. En aquella ocasión, no recuerdo un show con interacciones entre ellos. Con una gira por delante, se notaba una preparación para hacer de cada noche algo de lo que sentirse orgulloso. Eso de subir al escenario e interpretar los temas como quien recita una lección de memoria en un examen no es el tipo de material que quieren ofrecer al público. La simbiosis de la que hacen gala en los temas estaba representada a la perfección sobre el escenario.

Lo que más me impresionó del segundo día fue el encontrarme de nuevo con caras que recordaba del día anterior. Ahora en frío lo veo hasta normal, ya que las giras de artistas como Dellafuente y Maka probablemente no se vuelva a repetir hasta que no tengamos una nueva referencia encima de la mesa. Más de dos y más de tres decidieron contribuir de doble manera a los ‘sold out’, intentando exprimir la experiencia con el único objetivo de hacer la espera más corta hasta la siguiente.

Quedó y queda demostrado, Madrid es vuestra casa. Aparcad el carro de caballos tantas veces como queráis.

dellafuente-maka-empresa-interior

Dellafuente y Maka sin autotune

Más allá de cubrir sus directos, quisimos hacer algo diferente con la visita de Dellafuente y Maka a Madrid. Entre lleno y lleno, les visitamos en su hotel para charlar un poco y saber qué hay detrás de dos de los artistas del momento. «Lo que yo tengo, a día de hoy, no es nada, que sé que es mucho, pero aspiro a llegar a mucho más», así de contundente empezaba la conversación. Dellafuente comentaba que aún no ha asimilado el estar llenando salas por España, pero tampoco le parece haber llegado a su límite y quiere más. Le gustaría colaborar con la Mala Rodríguez y nos confesó con un tono relajado y con bastante humor que algún contacto ha habido: «A mi no me quiere. La escribí para que nos grabáramos un tema y no me ha contestado. Que quede constancia y se le eche la gente encima».

Le recordamos las antiguas referencias a la fotografía en sus primeras canciones, posiblemente, refiriéndose a una alternativa para su futuro, pero ahora ya no existe, su única opción es la música: «La música es mi prioridad, es mi trabajo. Dellafuente es mi empresa. Las demás cosas las pospongo». Maka, a su lado, escuchaba tranquilo sabiendo que los focos siempre van para su compañero, pero él es consciente de la situación: «Yo soy el tapado. Lo llevo bien, sé que la cara más visible es él, pero yo tengo mi rollo también. Estoy contento mientras las cosas vayan así». Dellafuente se vio obligado a intervenir en este tema. «Yo pienso que las cosas que mejor tenemos es cuando nos hemos juntado los dos», pero Maka no está de acuerdo: «Él tiene cosas muy buenas solo y yo también».

Entre divagaciones varias, acabamos hablando de quién escucha este tipo de música. «¿Me escucha la gente de la calle? De puta madre, pero quiero que me escuche también las abuelas de la gente de calle, la madre cuando está haciendo la comida, que me escuche tu novia y me escuches tú». Dellafuente hace música para todo el mundo y es feliz sabiendo que su madre escucha sus letras sin avergonzarse: «Cuando voy a casa de mi madre a comer está siempre con mi lista de reproducción. Eso es lo máximo. También gente que me escribe por el Twitter diciendo que me escucha su abuela. Ojalá me invitase a comer esa abuela, que seguro que cocina bien».

Para finalizar, nos hablan de su próximo proyecto en el que están buscando la financiación necesaria para hacer un disco de ‘música de verdad’. Quizá algo más serio y centrado en la musicalidad. «Más personalizado todo», dice Dellafuente. «Más castizo», corrige Maka. Sin querer salir de Granada, con sus mujeres en las habitaciones y con la puntualidad y seriedad necesaria para destacar por encima del resto. Unos minutos sirvieron para darse cuenta de que si quieres tener futuro, hay que tener las ideas claras. Y si encima tienes talento, pues… tres ‘sold out’ en tres días. Maka y Dellafuente, Dellafuente Maka, los artistas del momento.